En defensa de la inolvidable felicidad... y otros

Hace unas semanas atrás leí en Del Chasqui al e-mail una reflexión de Ronny sobre cómo las radios con música del recuerdo (en particular La Inolvidable y Felicidad) formaban parte de una operación matemática en la que el resultado inevitable era hacer aún más triste el gris invierno limeño. Pues bien, desde este humilde espacio quiero salir en defensa de la música que allí se propala.

Solo para quienes no lo saben, durante muchos años la hoy desaparecida Radio Mar Inolvidable de amplitud modulada emitió, además salsa, boleros, baladas de los 60’s, 70’s y 80’s, así como música de la nueva ola. Uno de sus programas emblemáticos era La hora del lonchecito, conducido por Koki Salgado. Hace poco más de tres años la radio cerró y unos meses después apareció en la frecuencia modulada radio La Inolvidable, integrada en su mayoría por quienes trabajaban en Radio Mar. La hora del lonchecito es una de las estrellas de su programación. Llegó un momento en que no había taxi en que no se sintonizara esta emisora. Ante tal mercado, hace unos meses apareció en el dial Radio Felicidad (en reemplazo de una Ke Buena que ya no tenía rumbo). Y pese a que en la amplitud modulada hay muchas radios más que difunden este mismo tipo de música, ahora la audiencia se ha dividido entre estas dos nuevas grandes de la música del recuerdo.

Pues bien, a mi entender, solo basta un poco de mejor ánimo para lograr que estas canciones románticas sirvan más, en los tristes inviernos limeños, como pequeños rayos de luz. ¿Cómo? Fácil, tratando de relacionarlos con recuerdos agradables.

Es obvio que estas radios están dirigidas para una audiencia comprendida entre los 40 y 60 años principalmente, pues es más que seguro que las canciones que habitualmente se programan los hayan acompañado en los pasajes más importantes de sus vidas de adultos jóvenes. Pero salgo a defender a esas radios, porque también siento que esas canciones forman parte de mi vida, pues debo reconocer que musicalmente fui alimentado (en parte) por los temas que escuchaban mis padres.

Recuerdo que durante mucho tiempo, en la combi con la que regresaba a mi casa después de clases de la universidad siempre escuchaba –durante toda la hora que duraba el trayecto- La hora del lonchecito. Entonces, escuchar esas radios y esas canciones también me trae recuerdos a mí.

Pero ¿acaso nunca han escuchado con cariño alguna canción de José José, Camilo Sesto, Leo Dan o algún otro? ¿Cuántas veces han cantado alguna canción antigua, que no saben ni como se llama, pero que segurito la escucharon por primera vez junto a alguna persona mayor?

Los invito a hacer una prueba: alguna noche que tengan libre vayan a su cocina o a alguna habitación tranquila de su casa, sírvanse una bebida caliente, prendan la radio y ubiquen alguna de estas radios (o de las que sepan que pasen música del recuerdo, en lo personal recomiendo La Inolvidable) y esperen a que la programación los sorprenda. Quizás tengan suerte y se encuentren con las preciosas versiones en balada de Fascinación o del tango El día que me quieras, cantadas por Roberto Carlos, alguna canción de los inicios de Enmanuel o cualquier otras. Luego, regresen a este blog y me cuentan.

• La hora del lonchecito en Wonder Meli
• Cuando recordar es mucho más que volver a vivr, publicado en el diario La Primera

Foto: Bruno Ortiz

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